Ahora ¿Y cuál de estas motivaciones es la más importante? Todos los expertos coinciden en que la motivación interna es la más poderosa. La fuerza que brota de nuestro interior puede mover montañas. De la misma forma, cuando no encontramos una motivación interna resulta muy complicado seguir adelante.
El primer paso para conseguir tus objetivos es escogerlos bien. Sabiendo que la motivación interna es lo que te va a permitir conseguir lo que te propones tiene sentido que escojas objetivos que te gustan a ti. Cuando uno descubre sus propias motivaciones resulta más fácil luchar por lo que se quiere.
¿Qué hay que hacer? Lo primero, reflexionar sobre lo que uno quiere y si las razones que te impulsan son propias o impuestas por tu entorno. Busca en tu interior y pregúntate: ¿qué es lo que YO quiero hacer?
Una vez lo tengas claro, vislumbraras la chispa de lo que te depara el futuro.
Las mejores fórmulas para automotivarte
Cada paso merece la pena. Seguro que alguna vez te ha pasado: te pones a estudiar un examen y el desánimo te inunda cuando ves que no recuerdas lo aprendido y piensas que lo más seguro es que suspendas. ¿Cómo seguir adelante? Piensa que cada paso que das te acerca hacia tu objetivo y aunque quizás ahora mismo no lo vayas a conseguir, cada momento de estudio te servirá para el futuro. Esta forma de pensar se puede aplicar a cualquier situación. Por ejemplo, para un examen de mates que no llevas bien, piensa: “aunque no lo consiga aprobar, cuanto más me esfuerzo ahora, más fácil me resultará aprobarlo en la próxima convocatoria”. Cada esfuerzo que haces, vale. Ningún esfuerzo cae en saco roto. Este pensamiento te ayudará a mantenerte en marcha.
Ve el fracaso como una oportunidad de aprender. Piensa que es una estupenda oportunidad para ver tus debilidades y las cosas que puedes mejorar. Evita justificar los fracasos en base a elementos externos. Justificar el fracaso es mucho más fácil que luchar por conseguir el éxito, para lo cual siempre es necesario perseverancia, esfuerzo y empuje.
Piensa en positivo. La clave de la vida. Di: “seguro que puedo conseguirlo”. Ser optimista es una buena forma para tener el ánimo preparado para conseguir lo que quieras. Cuando todo se ve negro, a uno no le apetece ni levantarse de la cama, ¿verdad? Pues ya sabes, llena tu cabeza de pensamientos optimistas.
Recuerda lo que ya has conseguido. Cuando pensamos en lo que ya hemos hecho nos resulta más fácil sentir que somos capaces de hacer grandes cosas por difíciles que parezcan. En tus momentos bajos, recuérdalo.
Ponte metas claras y realistas. No te pongas metas imposibles de conseguir. Si estás pensando sacar en todo sobresalientes o conseguir un trabajo en el que te forres o conseguir casarte con 3 mujeres y que todas lo acepten, lo más probable es que no lo consigas en un primer momento, de modo que será muy fácil caer en la desmotivación. Fíjate objetivos realistas que puedas conseguir pero que al mismo tiempo te motiven a superarte. Aprobar por los pelos no es un gran motivador, a no ser que sea una asignatura que se te ha atragantado. Así que ponte pequeños retos que puedas ir superando.
Mantén a tu vista tu objetivo. Algo tan simple como poner un cartel con tu objetivo bien claro frente a tu mesa o sobre tu cama te ayudará a no perder de vista cuáles son tus prioridades en este momento. Puede parecer una tontería, pero funciona.
Escribe con lujo de detalles tu estrategia. Sea cual sea tu meta, si la escribes y plasmas en una agenda o libreta los pasos que vas a seguir, te motivarás. Puedes poner una hora de inicio y fin, y cada vez que cumplas una tarea la vas tachando. ¡Animo!
Ponte pequeñas recompensas, esas condicionantes!. Después de una tarde de estudio o sargeo, puedes ver tu serie favorita o escuchar ese disco que tanto te gusta.
Mantén un espíritu de superación. Tratar de ser cada día un poco mejor es un gran motivador para alcanzar el éxito. Es fundamental renovar los objetivos para no quedarse estancado. Por ejemplo, si ya has conseguido la chica que te gustaba o aprobar esa asignatura que te costaba, trata ahora de mantener el romance o sacarla con buena nota.
Haz cosas cada día. Si cada día ves que estás haciendo pequeñas tareas que te acercan a tu objetivo te sentirás más motivado. ¡Pruébalo! Una técnica sencilla, pero que funciona.
Dale un sentido superior a tus motivos. Si piensas que el esfuerzo que ahora haces se verá recompensado por tener en el futuro una gran personalidad, una gran chica y un gran trabajo en el que te sientas realizado, todo será mucho más fácil.
La perseverancia es un don. Recuerda que las grandes metas se consiguen en una carrera de fondo.
“Para empezar un gran proyecto, hace falta valentía. Para terminar un gran proyecto, hace falta perseverancia.”
Imagina, ¡sueña que lo vas a conseguir! La imaginación es un poderoso instrumento que puede ayudarte más de lo que piensas a tener el ánimo arriba. Un buen ejercicio es imaginarte disfrutando de tus logros. La imaginación precede a los hechos y es una buena forma de convertir en realidad lo que deseas.
Recuerda: "Si crees que puedes o crees que no puedes tienes razón." Henry Ford
Feliz Año nuevo.
Nos vemos el 2010.
Sed.Art Kert.